El seleccionado argentino Sub 20 quedó eliminado del Mundial Juvenil tras perder 48-24 frente a Sudáfrica, una de las potencias del torneo. Pese al resultado abultado, Los Pumitas jugaron un partido valiente y competitivo, donde nuevamente mostraron carácter y entrega, pero no les alcanzó para meterse en la gran final. El inicio del encuentro fue cuesta arriba. Sudáfrica golpeó muy rápido y, en menos de ocho minutos, ya había apoyado dos tries. Esa diferencia tempranera condicionó el desarrollo del juego y obligó a la Argentina a remar desde atrás. Tal como ocurrió en varios partidos del torneo, el primer tiempo volvió a ser un momento de dificultad para el equipo nacional.
Durante todo el Mundial, al conjunto argentino le costó acomodarse en los primeros cuarenta minutos. Ante Irlanda, Fiji y también contra Francia en la fase de grupos, Los Pumitas comenzaron en desventaja y reaccionaron después del descanso. Este partido frente a los "Springboks" no fue la excepción: la reacción llegó en el complemento, pero ya con una diferencia difícil de revertir.
A pesar de ese arranque desfavorable, el equipo logró recomponerse y equilibrar las acciones con su sello característico: juego con los forwards, dominio del scrum y presión a través de fases sostenidas. La posesión se inclinó por momentos del lado argentino, con pasajes en los que Los Pumitas controlaron el ritmo del partido, especialmente en el segundo tiempo.
El poderío físico sudafricano fue una barrera compleja de superar. El desgaste acumulado por la intensidad del torneo –con partidos cada cuatro o cinco días– también jugó su parte. Aun así, el equipo argentino mantuvo el esfuerzo durante los 80 minutos. El seleccionado argentino conservó la pelota, empezó a jugar su juego, mucho con los delanteros… El scrum, el line y el maul fueron claves.
El segundo tiempo mostró a una Argentina que se animó, que buscó instalarse en campo rival y forzó varias infracciones sudafricanas. Desde ahí, sumó puntos y achicó la diferencia. Pero el poderío físico y la contundencia rival en momentos claves terminaron inclinando el resultado a favor de los africanos.
Ahora, Los Pumitas jugarán por el tercer puesto frente a Francia, el mismo rival que los derrotó en la fase de grupos. Será una revancha con sabor especial y una oportunidad para cerrar el torneo con una victoria. El conjunto francés, al igual que Sudáfrica, se caracteriza por su velocidad, fortaleza en las formaciones fijas y una estructura de juego sólida.
Más allá del resultado en semifinales, el balance del torneo para la Argentina es positivo. Estar entre los cuatro mejores del mundo en esta categoría reafirma el crecimiento del trabajo en las academias y el desarrollo de los juveniles. “Estos chicos llegan muy informados, con un nivel técnico altísimo. El scrum argentino es de lo mejor del torneo”, se destacó durante la transmisión del partido.
Varios jugadores del plantel ya tienen destino europeo, lo que demuestra la proyección y el talento que hay en esta camada. En tiempos donde competir contra potencias como Nueva Zelanda, Sudáfrica o Francia no es fácil, estar en una instancia decisiva sigue siendo una señal clara de que el camino es el correcto.